La mirada de una participante del CDP ’18-’19
Por Hannah Orr Sevilla – ¡Gracias Hannah!
Cuando te sientes sol@, en las cosas que importan, tal como el cuidado de la tierra, de la gente y del futuro, cuando deseas conocer un lugar con gente que te pueda ayudar a aprender, que te pueda inspirar, todo ello manteniendo la igualdad entre tod@s, un curso de diseño en la permacultura puede ser tu salvación.
Como joven de 18 años personalmente me interesa la resilencia, la idea de salir al mundo y salir adelante cuidando de mi misma, de los demás y de la tierra. Cuando era niña me gustaba salir al bosque y crear un entorno autosuficiente. Buscaba lograr cubrir mis necesidades de agua, refugio y sustento mediante los recursos que me rodeaban. Lo hacia con un grupo de amig@s y solía ser fácil. Sin embargo una vez cubiertas nuestras necesidades básicas surgían dos dilemas;
1) Quien iba a ser el jefe de nuestra pequeña comunidad en el bosque? Si no había jefe, como tomaríamos decisiones importantes para que tod@s estuviesen content@s?
2) Como podríamos mantener esta comunidad a lo largo del tiempo?
Desde entonces he llegado a comprender por qué me gustaba tanto esa sensación de estar sola en la naturaleza y conseguir salir adelante por mi misma; lo llamo el instinto de volver a mis raíces. En mi infancia, generalmente mi entorno estaba controlado por mis padres y familiares, por la educación, por la sociedad en general. Por lo tanto en mis pequeñas escapadas con mis amig@s al bosque, me sentía que era libre, independiente, nuestra comunidad en el bosque era una forma de libertad. Era salir a un entorno donde la única forma de control es la naturaleza por si misma, donde era esencial poder escuchar y reaccionar a la naturaleza para poder sobrevivir en coexistencia con ella.
Echando marcha hacia delante varios años, me encuentro de nuevo inclinada a descubrir esa faceta de mi misma. Un impulso a ser autosuficiente en coexistencia con la naturaleza pero sin avasallar y aprendiendo la diplomacia necesaria para vivir en comunidad.
En el curso de diseño de permacultura de PermaMed hemos empezado a descubrir varias formas de aproximación a la naturaleza con la introducción a los principios éticos y prácticos de la permacultura y del pensamiento sistémico y por sectores. Al estudiar en detalle las diversas propiedades del agua, hemos tomado conciencia del uso responsable del agua y como utilizar los muchos recursos que encontramos en la naturaleza sin agotarlos. Hemos practicado como ser resilientes y soberanos enfrentándonos a catástrofes tales como incendios, inundaciones, guerras y huelgas dentro de un grupo dinámico de 26 personas que comprende varias edades e intereses. Hemos aprendido sobre bosques y suelos, hemos estudiado en detalle las diferentes cualidades guiados por expertos, plantando arboles, arbustos y plantas medicinales. Hemos formado grupos de estudio y de diseño aprendiendo sobre nuestros biosistemas locales y globales. Por fin hemos podido aunar nuestros esfuerzos con buenos resultados intentado aplicar soluciones fáciles y efectivas de trabajo en grupo, en comunidad y en sociedad.
Todo ello a la vez que estoy aprendiendo a amar a la tierra, a sus gentes, a sus seres y tomando conciencia de que ha llegado la hora de protegerla y cuidar efectivamente de ella.