Relato del primer taller de Bosques comestibles

Relato del primer taller de Bosques comestibles. 09/04 (Por Meiling Colorado)

Bosques comestibles…bellas palabras, de connotación fresca y umbría en días calurosos, que incluso podemos paladear a gusto.

La bella finca Son Barrina nos da la bienvenida, y una vez mas hemos de agradecer a sus dueños, Connie, Branden y sus hijos, que nos permitan estudiar en este lugar, donde se está llevando a cabo el proyecto de los Círculos de la Permacultura…y donde hay ya un proyecto de Bosque comestible en marcha. Y aquí nos hayamos, un grupo de gente muy diversa, como es ya usual en estos cursos y talleres de PermaMed, ávidos de conocimientos unos, intrigados y expectantes otros, y todos ilusionados con el sueño de regeneración que se abre ante nuestros ojos.

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De la mano del gran maestro Julio Cantos repasamos el temario del curso y vamos desgranando qué es, en realidad, un bosque comestible…ese sueño de crear un ecosistema boscoso que no solo sea sostenible, sino que conserve la biodiversidad nativa,  nos dé de comer, y nos provea de cobijo tanto físico como emocional. Un lugar donde todo tenga un propósito, sin ser este necesariamente un fin.

El maravilloso clima del mediterráneo plantea en si mismo ciertos retos al agricultor, ya que en la época de mayor evolución, el verano, no solo hace muchísimo calor, sino que no llueve. Esto, junto a la inseguridad que vivimos en cuanto al clima hace todavía más atractiva la idea de poder tener una zona de vegetación adaptada al medio en el que se encuentra que, además de necesitar unos cuidados mínimos, pueda incluso modificar la temperatura y humedad del entorno. Los vergeles proponen una bella y práctica solución y, en un momento en el que los expertos no se ponen de acuerdo en si vamos hacia una glaciación o un calentamiento global crear un oasis, o mejor varios, en el que la vegetación esté adaptada al entorno no parece otra cosa más que sentido común.

La belleza y riqueza de los bosques y vergeles se hace patente. Son, al fin y al cabo, el medio mas natural del ser humano, y si nos fijamos en los reductos que han quedado de otros tiempos podemos ver que se abre un mundo de posibilidades…incluso secuoyas  había en Mallorca en su momento!

A soñar se ha dicho…

Tan apasionante como resulta la imagen mental de los bosques viajeros, bajando y alzando nuestro horizonte en la transición de sus ciclos por nuestro planeta, también hay otro mundo que sustenta a estos mismos bosques, y sin el cual no habría vida.

Los suelos.

Base de la vida, no los hemos sabido cuidar, y ahora sufrimos las consecuencias…erosión, malas cosechas, perdida de biodiversidad, desertización…y mas calor…

Con conciencia y prácticas adecuadas es posible la regeneración de nuestros suelos…no solo posible, esencial, ya que nada puede crecer sobre un suelo enfermo.

Después de la merienda salimos a ver el comienzo del sueño en situ…El proyecto de los Círculos de la Permacultura enfrentará un gran reto este verano, ya que ha llovido muy poco este año, lo cual quiere decir que el joven bosque ya plantado podría ser, con el tiempo, su salvación. Vamos paseando, aprendiendo y nutriéndonos, y no solo a nivel de conocimiento, ya que los tirabeques y las habas que crecen a los pies de los árboles están buenísimos también! Un buen diseño es muy importante y este es fantástico, desde los arboles de pistachos (terebinthus) de la zona cinco hasta  los Robles Australianos que se han elegido para hacer las paredes  vivas de la estructura en la zona cero debido a la flexibilidad de sus ramas.

Como colofón el intercambio y la venta de planteles y semillas organizado por Son Barrina con la colaboración de PermaMed nos hace darnos cuenta de lo cerca que nos queda el sueño, ese sueño de resiliencia y regeneración que nos ha traído hasta este momento, este lugar. Gracias.

Aire fresco. Nuevos horizontes.

Literalmente.

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